viernes, 25 de enero de 2013

el tiempo cicatriza hasta las heridas del alma



Si te caes al suelo, procura levantarte rápido, y aunque las rodillas te duelan al caminar, sigue dando pasos. Aunque por las noches los latidos se descontrolen, y jueguen a dejarte sin respiración. Aunque te cruces por la calle con la desilusión y te sonría. Ármate de fuerza y échales sal a las heridas. Que sangren, que duelan, el tiempo cicatriza hasta las heridas del alma. Por suerte, tengo una ilusión por cada cardenal, un día feliz por cada noche perdida, una sonrisa por cada lágrima.
Ayúdame a buscar el por qué de las mariquitas, enciérralas conmigo en nuestros sueños. Corre conmigo a hacer fotos al mejor del atardeceres, y escribe con la mejor tinta, todos los sueños que aspiran hacerse realidad en una postal.

Y como dije hace tiempo, sólo me caigo para levantarme con más fuerza. Y sí, de sueños también se vive. Aunque sea la solución más fácil.
Aspiro a ver el mar todos los días, tener la casa amarilla más bonita del mundo, y despertarme desayunando chocolate caliente. Correr por los pasillos y bajar la escalera dando saltitos. Encontrar el secreto de la vida deshojando margaritas, y el secreto de los sueños adivinándonos las pupilas.