domingo, 2 de diciembre de 2012

últimamente hace frío



El frío se deslizaba de mis manos a mis ojos y viceversa. Era un frío diferente. Hay frío que te congela por dentro y frío que sólo te recuerda que estás viva. Ver como la lluvia choca contra tu rostro, y tener a alguien que besa esa lluvia. Tener a alguien a quien coger la mano cuando crees que vas a caer. Cuidar un buen principio para un final eterno. Mirar el fuego de la chimenea queriendo arrojar en él todo lo que no nos hace felices. Los momentos que no merecieron la pena… y quemarlo todo. Quemar el pasado que me hace tener miedo. Y avivar los lunes noche, los abrazos bajo mantas ajenas, los besos al principio y final de cualquier camino. No soltarte nunca por si algún día decides soltarte para siempre. El fuego de la chimenea logra calentarme las manos, y puedo mirarte sin saber que tú me ves. Pensando: Ojalá nunca tenga que quemar estos recuerdos. Estoy cansada de soñar y matar los sueños. Esta vez, sólo vivo la realidad. Despertar con un "Buenos días princesa" hace todos los días especiales. Tenerte a mi lado mientras mojo el bizcocho en el café caliente. Recostarme en tu pecho contándote todas las veces que quise ser feliz y saber que tú me lo harás siempre. Cenar en un restaurante hablando de todo y de nada, del amor que se respira en el ambiente y del que tenemos dentro. Si yo soy la más guapa entre las guapas tú eres lo que siempre quise. Escondida en tu cuerpo todo parece mejor. Y pasan las horas sin verte y hablando con mis labios me han dicho que echan de menos a los tuyos… y mi mano que no sabe caminar sin la tuya. En la hucha de los viajes meteremos las ansias que tenemos de vivir. Vivir juntos. Y en nuestros ojos depositaremos las ganas que tenemos de estar juntos. En los labios tantos besos que no caben, y en la cajita de los sueños los más grandes: los reales.