Algunas mañanas como esta, sólo tengo que
pintarme los labios con ilusión y dedicarme a matar el tiempo en el pasillo.
Dejarme mecer por las olas que invento en la pared del salón y escuchar mi
corazón decir bajito: Así, sí. Y juego a luchar contra la tristeza y
consigo matarla de un soplido. Todo está en calma. Miro por la ventana y viajo
en el tiempo por recuerdos que un día construimos, mano a mano. Las meriendas
sin fin, cuyo plato principal eran los besos y como bebida un poco de café. Mi
risa incrustada en tus oídos y tu mano acariciándome el pelo. Que ya hemos
salido del país tantas veces que deberían de regalarnos los viajes en el
tiempo. Si ya sabes la fórmula, amor y ganas de conquistar el universo. Y hay
días en los que espero que me sorprendas, "que te distancias, por miedo
a perderme, que el barrio es más bonito desde que aparecí" y que en el
fondo de tu corazón están todas las ganas del mundo de acercar el infinito.
Cierra los ojos, déjate llevar, recuerda mi risa aquel día de verano, nuestras
ganas conociéndose y el miedo bien lejos. Olvida, olvida todo lo triste que hoy
hace sol y somos eternos. Algunas mañanas como hoy sólo deseo que llegue la
noche para devorarte poco a poco. Empezando por el cuello y terminando por
quién sabe dónde. Dejar marcas en tu piel para que nunca olvides el color de
mis ojos, el tacto de mi piel, mi pelo largo haciendo cosquillas en tu pecho.
Susurrándote: "Si se acaba la gasolina, me muero" y esconder
en el bolsillo de tu pantalón un papelito que ponga todo lo que quiero hacer
contigo. Y amanecer dando gracias a la vida, al cielo azul, al café que nunca
nos sale bien pero contigo es el mejor del mundo. Y salir a ver la vida y
fijarnos en cada detalle de este mundo que nos rodea construyéndonos un futuro
a cada paso que damos. No me importa el tiempo que pasa, el pasado, no me
importa que algunos días llueva o haga frío porque te tengo a ti. Que me
regalas paraguas para cuándo queramos caminar bajo la lluvia. Bailando bajo la
lluvia. O en el salón de mi casa como dos locos, como peonzas enloquecidas.
Como dos tontos que saben que cualquier día que pasen juntos es el mejor de sus
vidas. Que hemos visto el infinito tan de cerca que ya no tenemos miedo a nada
y podemos con todo. Cógete de mi mano, abróchate el cinturón, que ahora mismo
sale el avión cuyo destino es el fin del mundo.