sábado, 10 de diciembre de 2011

She will be loved.


Allí estaba ella. Sentada, sola y perdida. Quería huir del tiempo, de la vida. Irse a otros lugares, ver otras lluvias y abrazar otros momentos. Estaba cansada de la rutina, de volver siempre a casa a esconderse bajo las mantas y sobrevivir a cualquier guerra. Necesitaba alguien que la salvara, alguien que la invitara a café y magdalenas. Y es que para ser su héroe no se necesitaba capa, solo salvarla del mundo y de sus garras, y saber hacer bizcochos de naranja. Lo único que ella quería era alguien que la acompañara en su huída, en la carretera, dejando atrás un barrio atascado, un lago estancado, una vida rota, sus diecinueve años, el peso del recuerdo mientras pasaban las luces. Y si el destino la encontraba solo tenía que echar a correr, huir de su vértigo a la vida, ser algo más que el tiempo y esperar a que tú la llevaras a París.