sábado, 5 de noviembre de 2011

22 de octubre de 1940


Querida hija:

Soy comunista, y por eso hoy me envían al pelotón. Hoy es el día de mi muerte. Pero quiero que tú, hija mía, sepas que tu madre fue fuerte y luchó hasta al final. Que no te cuenten mentiras, no te dejes engañar por ellos. Yo jamás hice nada malo y no tengo nada de lo que arrepentirme. Te quise hasta el último momento. Nunca lo olvides, por favor, nunca olvides que tu madre te quiere y que murió por la libertad. Murió por luchar por lo que creía, por la república, por su partido. No me matan por criminal, me matan por una idea que creo justa, y por ella muero. Cuéntales a todos la verdad. Cuéntales como vivimos aquí, que sepan la realidad, que la sección de madres es la peor de todas. Es la peor porque vemos morir a nuestros hijos, les vemos morir junto a nuestras almas, que se consumen con los disparos de cada noche. Los mismos disparos que cada madrugada se colaban por las rejas de la única ventana de la sección para avisarnos de más muertes. Entonces contábamos los disparos, para saber cuántos defensores de la libertad más habían muerto. Anoche fueron 12, exactamente 12. Doce disparos mortales que volvían a manchar de sangre otra página de nuestra historia. La historia de un Madrid que resistió hasta el final. Jamás te sometas a ellos, se fuerte y resiste. Las monjas casi no me han dejado despedirme de ti, no me han dejado cantarte al oído una última vez, tampoco acariciar tu cara de pena ni darte un último beso de adiós. Pobrecita mi niña, tan pequeña y te quedas sin madre. Pobre mi niña bonita, que va a crecer sin una madre que la quiera. Pero yo sé que ahí fuera alguien te cuidará bien, losé.
Voy a morir pero no tengo miedo. No derramaré ni una lágrima, no pienso darles el gusto. No tendrán el privilegio de verme llorar por su culpa. Maldito baile de muertos, pólvora de la mañana. Y cuando tenga la pistola delante, cuando ya no haya nada que perder, gritaré con el corazón y sin miedo: ¡ARRIBA LA REPÚBLICA! 
"Si te dijera amor mío, que temo a la madrugada. Presiento que tras la noche vendrá la noche más larga, quiero que no me abandones, amor mío, al alba, al alba, al alba."

Que mi nombre, y el de todas las que morimos por algo que creemos justo, no se borren de la historia.

Te quiere, tu madre.