jueves, 7 de octubre de 2010

We might as well as strangers.

Entre lo poco que se de la vida, te diré que nada de todo esto vale la pena sin alguien que te haga ser incoherente. Ni flores, ni velas, ni luz de la Luna. Ese es el verdadero romanticismo. Alguien que llegue, te empuje a hacer cosas de las que jamás te creíste ser capaz, y que arrase de un plumazo con tus principios, tus valores, tus "yo nunca", tus "yo que va".

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Un rebelde